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Chile registraba este martes al menos 301 incendios forestales, de los cuales 81 están fuera de control, una cifra levemente superior a la de la víspera, mientras los siniestros se acercaban a lugares poblados, informaron las autoridades.
El subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, precisó en su más reciente reporte que 169 incendios habían sido sofocados. El lunes, el gobierno contabilizó 275 siniestros, de ellos 69 descontrolados.
Los incendios se iniciaron el jueves y se propagaron rápidamente. En seis días ocasionaron la muerte de 26 personas y heridas de diversa consideración a un millar, según los informes oficiales.
El humo de los incendios proveniente de las tres regiones afectadas nubló los cielos de la capital chilena y escondió la cordillera que la rodea. Santiago está entre 400 y 600 kilómetros al norte de los sectores amagados.
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Los damnificados hasta ahora bordean las 3,500 personas. Además de la flora, otras víctimas de los incendios son los animales, incluso, los domésticos, muchos de los cuales quedaron solos luego que sus dueños evacuaron sus viviendas por orden de las autoridades debido a la cercanía de las llamas. Hasta el martes se habían emitido 151 órdenes de evacuación.
La Corporación Nacional Forestal informó que hay 26 comunas de O’Higgins y La Araucanía que están con “Botón rojo”, un sistema que predice la posible ocurrencia de nuevos incendios.
Mientras tanto, la Corporación Chilena de la Madera estima que los incendios de este año han consumidos unas 300,000 hectáreas.
Hasta ahora el mayor incendio que recuerda el país sudamericano ocurrió en el verano de 2017 y que duró 21 días afectando a tres regiones del centro sur. “La tormenta de fuego”, como lo bautizó la Corporación Nacional Forestal, mató a 11 personas, dejó unos 6,000 damnificados y arrasó 467,000 hectáreas.