El objetivo es fomentar los matrimonios estables y evitar los llamados divorcios “impulsivos”, en un momento en que el número de matrimonios lleva varios años disminuyendo, mientras que el de divorcios aumenta. Los políticos pretenden así animar a las parejas jóvenes a casarse y tener hijos, después de que la población del país llevara años disminuyendo.
El procedimiento para registrar un matrimonio se “racionalizaría”, facilitando y agilizando el matrimonio de las parejas. Esto podría implicar reducir los trámites burocráticos, acortar los tiempos de espera o hacer más accesible el procedimiento.
Por el contrario, el procedimiento de divorcio se complicaría. Introducido en 2021 en el Código Civil chino, podría ampliarse el “periodo de reflexión ampliado”, periodo que obliga a las parejas a esperar cierto tiempo antes de que se les conceda el divorcio. Podría ser una forma de fomentar la reconciliación antes de la separación.