Los gobiernos de Colombia y Bolivia plantearán la retirada de la hoja de coca de la lista de sustancias prohibidas por la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas en la próxima reunión de la comisión en Viena, Austria, del 13 al 17 de marzo.
La viceministra de Asuntos Multilaterales de Colombia, Laura Gil, ha expresado este miércoles la intención del Gobierno de "comenzar a desestigmatizar la discusión sobre el problema de las drogas", durante una entrevista para Colombia Hoy Radio.
Se une así Colombia a una reivindicación histórica que comenzó en Bolivia, ha recordado Gil: "Bolivia emprendió hace más o menos diez años una iniciativa para lograr la legalización del uso tradicional de la coca. Lo que ellos hicieron fue denunciar la Convención de Estupefacientes".
Ahora, ha asegurado, es el momento de volver a recuperar esta reclamación, y ha recalcado que lo que se propone es sacar de esta lista de sustancias prohibidas a "la hoja, no la cocaína", aunque ha admitido que el proceso requerirá de una gran labor de pedagogía.
Es parte de la política de su Gobierno en la lucha contra las drogas, ha afirmado, que pondrá el foco en los traficantes: "Tenemos que ir por las mafias que están detrás. Por eso el presidente insiste tanto en que tenemos que reforzar en materia de seguridad la interdicción, pero no penalizar al campesinado con la erradicación forzosa".
La política colombiana en materia de estupefacientes ha dado un vuelco en el último año. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció su intención de acabar con las fumigaciones aéreas que utilizan glifosato, un químico utilizado como herbicida para acabar con los cultivos ilícitos de la hoja de coca.
En 2015 dejó de utilizarse después de que la Organización Mundial de la Salud lo relacionara con el cáncer en seres humanos, pero que el expresidente Iván Duque trató de recuperar, llegando incluso a comprar 263.000 a penas un mes antes de la posesión de Petro, que finalmente ha sepultado esta práctica.
El Gobierno de Petro también ha reducido el número de cultivos ilícitos que planea retirar este año. El último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito del pasado octubre cifra en 204.000 hectáreas los cultivos de hoja de coca, un aumento del 43 por ciento respecto a 2020. Aun así, Petro anunció que en 2023 se tratarán de erradicar 20.000 hectáreas, muchas menos de las 50.000 que se propusieron para 2022.
A pesar de esta intención, el ministerio de Defensa informó, a través de su Observatorio de Derechos Humanos y Defensa Nacional, de que en enero de 2023 no se había erradicado ni un cultivo de hoja de coca, mientras que en el mismo mes de 2022 se eliminaron 2.982 hectáreas.