El impacto del diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer no sólo afecta a la persona afectada, sino que engloba todo el entorno, a los cuidadores que, en un 80 % de los casos, es la familia.
Además, la persona cuidadora principal le dedica una media de 15 horas diarias, los siete días a la semana, un tiempo que durante el confinamiento se elevó hasta las 18 horas diarias.
Este cuidado puede suponer que muy a menudo se generen inseguridades y temores, en muchas ocasiones por falta de conocimiento.
Esta responsabilidad, a menudo asumida de manera voluntaria o involuntaria, implica enfrentarse a dudas, incertidumbres y temores sobre el futuro, así como la constante inseguridad sobre si se está proporcionando la mejor asistencia posible.
Por este motivo, la Fundación Pasqual Maragall con el apoyo de la Diputación de Barcelona, ha elaborado una guía con toda la información necesaria sobre el cuidado de los cuidadores de los pacientes con alzhéimer y sobre la propia atención de estos enfermos como por ejemplo: identificar indicadores de sobrecarga y aprender a afrontarlos o comprender mejor la enfermedad y las reacciones de los pacientes para mejorar la calidad de las atenciones.
Elena de Andrés, psicóloga y terapeuta de la Fundación Pasqual Maragall, afirma: "Esta guía se convierte en una herramienta para todas las familias que cuidan a una persona con alzhéimer porque en un solo documento encuentran información de interés, así como recomendaciones para empoderarse y decidir pasos a seguir al mismo tiempo que cuidarse a sí mismos".
Cuidar y atender las necesidades de un familiar que padece esta enfermedad supone hacer frente a diferentes sentimientos. En este proceso, se incluye encajar el impacto del diagnóstico, gestionar los propios sentimientos y asumir la necesidades de aprendizaje continuo.
Esta situación puede pasar factura a la persona cuidadora y se conoce como el síndrome de sobrecarga del cuidador porque alude al estado de agotamiento, tanto emocional como físico, que experimentan los cuidadores.
Algunos de los síntomas más importantes del síndrome de sobrecarga del cuidador son los siguientes:
Por eso, el síndrome de sobrecarga del cuidador supone un riesgo para la salud de quien cuida y puede afectar a la atención que proporciona a su ser querido.
Los cuidadores de personas con alzhéimer deben comprender que su nuevo rol ha de integrarse en el marco de su contexto de vida, atendiendo también a las propias necesidades físicas, sociales y emocionales para evitar que su salud y bienestar dependa exclusivamente del familiar enfermo.