En medio de las festividades de Navidad y Año Nuevo, los fuegos artificiales son una tradición arraigada en casi todo el mundo. Sin embargo, detrás de la celebración humana, se desencadena un sufrimiento silencioso en muchas de nuestras mascotas.
La fobia a los ruidos fuertes, especialmente los generados por la pirotecnia, afecta a diversas especies, siendo los perros los más propensos a sufrirla, según indica el informe técnico veterinario de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal (AVATMA).
“Es importante señalar que una de las características de las fobias, es que son procesos incrementales, es decir, responden a mecanismos de sensibilización en los que la respuesta del animal frente al estímulo que desencadenan estas, cuando este se presenta de forma repetida, es cada vez más intensa, es decir, no responde a un proceso de habituación normal”, se explica en el estudio.
Por su parte, la Asociación Británica de Pequeños Animales (BSAVA, por sus siglas en inglés) advierte que las reacciones de temor a los ruidos fuertes son comunes en los perros, y su impacto puede ser mayor en animales sensibilizados por exposiciones repetidas.
Hasta la fecha, se desconoce por qué algunos perros sufren por los fuegos artificiales y otros no, aunque se destacan los patrones adquiridos como una posible razón, es decir, cuando el animal se acostumbra a los ruidos fuertes, como es el caso de los perros de caza y las detonaciones de las escopetas.
El miedo desencadena respuestas fisiológicas y conductuales, y para muchos perros, la fobia a los ruidos fuertes es una realidad.