Nikopol. – El conflicto en Ucrania cumple su jornada número 500 desde la invasión rusa en febrero de 2022, una guerra que muestra indicios de prolongarse a pesar de la actual contraofensiva lenta llevada a cabo por Kiev, quien reclama más armamento.
A principios de junio, el ejército ucraniano inició una contraofensiva con el objetivo de recuperar los territorios ocupados por Rusia en el este y sur de Ucrania. Sin embargo, la tarea se ha tornado ardua, con combates feroces y pérdidas significativas.
Las fuerzas rusas se defienden con poderosas fortificaciones y Ucrania enfrenta dificultades debido a la falta de municiones de aviación y artillería. Los rusos han construido defensas sólidas y cuentan con un gran arsenal de equipos, lo que dificulta el avance de las fuerzas ucranianas, según relata Antonina Morakhovska, una residente de 73 años de Nikopol.
A pesar de la asistencia militar occidental proporcionada en miles de millones de dólares, el ejército ucraniano solo ha logrado recuperar unos pocos cientos de kilómetros cuadrados desde el inicio de la contraofensiva, liberando algunas localidades en el proceso.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha reconocido que la ofensiva no avanza con la rapidez esperada y ha instado a las potencias occidentales a suministrar armas de largo alcance y aviones de combate F-16 para fortalecer la capacidad de defensa y ofensiva del ejército ucraniano.
Tras 500 días de conflicto, la unidad del pueblo ucraniano se mantiene firme, pero cada jornada pone a prueba su resistencia. Según las Naciones Unidas, desde la invasión rusa en febrero de 2022, más de 9.000 civiles, incluyendo más de 500 niños, han perdido la vida, a pesar del fortalecimiento de las defensas aéreas ucranianas.
El temor y la incertidumbre se reflejan en el testimonio de Lyudmila Chudinova, una mujer de 82 años cuyo hijo, un voluntario herido, se recupera de sus lesiones. Chudinova teme que su hijo sea enviado nuevamente al frente de batalla una vez recuperado.
El conflicto ha dejado a la ciudad de Nikopol en constante peligro, siendo blanco frecuente de ataques rusos. La mitad de sus 100.000 habitantes han abandonado la ciudad en busca de seguridad. La región también enfrenta la amenaza de una catástrofe nuclear debido a las tensiones entre Ucrania y Rusia en la cercana central nuclear de Zaporiyia.
La destrucción parcial de la represa de Kajovka, ocurrida el 6 de junio, ha generado inundaciones y ha dejado a muchas localidades sin agua, incluyendo Nikopol. Los residentes viven bajo la constante amenaza de bombardeos, como lo relata Antonina Morakhovska, quien acudió a un punto de distribución de agua potable cuando sonó la alarma de un posible ataque.
A pesar de los desafíos y peligros constantes, los ucranianos continúan enfrentando la adversidad y mantienen su determinación en la búsqueda de una resolución pacífica y duradera al conflicto que ha afectado la región durante más de 500 días.
Fuente: AFP