Lo había anunciado antes de ser juramentado, pero tras una semana de iniciar su primer mandato presidencial en el año 2020, el presidente Luis Abinader salpicó al país al anunciar su primera ola de eliminación y fusiones de instituciones públicas, asegurando que existían bajo la duplicidad de funciones que eran competencias de otras.
El 26 de agosto, o sea 10 días de asumir el cargo, Abinader disolvió el Despacho de la Primera Dama mediante el decreto 368-20, al respecto, Raquel Arbaje, esposa del presidente electo, dijo que sólo necesitaría una oficina con varios empleados para cumplir sus funciones.
Los escándalos de corrupción se llevaron de encuentro al Fondo Patrimonial de las Empresas Reformadas (FONPER), mediante su cuenta de Twitter, el presidente aseguró que “estos actos dolosos se dan porque los recursos del FONPER son usados a discreción de su Consejo y presidente”.
Agregó que por esa razón en la extinta institución se generaron innumerables casos de corrupción, por lo que ordenó pasar los recursos que ésta recibía al sector salud.
Otras instituciones que no estuvieron libre de pecado en materia de corrupción y que también fueron suprimidas son: la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), cuyos trabajadores sobrevivientes pasaron al Ministerio de Obras Públicas (MOPC); en tanto que el CEA fue fundida con Bienes Nacionales y las competencias de la CDEEE fueron heredadas al Ministerio de Energía y Minas.
Por: Rosa Encarnación
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