Los cuatro cables de telecomunicaciones que la semana pasada fueron dañados en el mar Rojo han afectando la cuarta parte del tráfico de Internet de Asia a Europa y amenazaron con dejar el mundo entero sin acceso a la Red. El 97 % del tráfico mundial de Internet se realiza a través de cables submarinos, por lo que el fallo de un solo cable afecta a toda la comunidad mundial.
Los daños en los cables podrían afectar no solo al tráfico mundial de Internet, sino también a los proyectos de construcción de nuevos cables a través del mar Rojo patrocinados por gigantes tecnológicos mundiales, como el proyecto Blue Ruman de Google o el cable 2Africa respaldado por Facebook*. Se señala que, si continúan las tensiones en torno al mar Rojo, las empresas de telecomunicaciones podrían considerar rutas alternativas para sus cables, como por ejemplo a través de Arabia Saudita.
Las compañías de telecomunicaciones tuvieron que reaccionar con rapidez para prevenir un corte masivo de Internet tras los desperfectos provocados a los cables Seacom, TGN, AAE-1 y EIG, que conectan Asia con África, Oriente Medio y Europa. No todas las empresas que operan los cables cortados comentaron el incidente.
Una de las que sí los hizo fue Seacom, que afirmó que el segmento afectado de su cable se encuentra "dentro de las jurisdicciones marítimas yemeníes en el sur del mar Rojo", y agregó que las reparaciones comenzarán solo tras la autorización de las autoridades yemeníes, que probablemente no se reciba hasta dentro de un mes. Hasta que se arregle el cable, la empresa está redirigiendo parte del tráfico, aunque algunos servicios fueron desconectados, declaró el director digital de Seacom, Prenesh Padayachee.