Estados Unidos explicó este miércoles que la decisión de reconocer a Edmundo González Urrutia como "presidente electo" de Venezuela no marca el final de su postura hacia el gobierno de Nicolás Maduro, sino que se dio "un tiempo" para evaluar si el mandatario venezolano cambiaba de posición.
Este reconocimiento se produce después de las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las cuales la autoridad electoral proclamó a Maduro para un tercer mandato, sin revelar detalles sobre el escrutinio, lo que contraviene lo establecido por la ley.
A pesar de que la administración de Joe Biden había señalado poco después de las elecciones que la oposición había obtenido más votos, fue solo esta semana que el secretario de Estado Antony Blinken se refirió a González Urrutia como "presidente electo", un paso más en el reconocimiento de la oposición venezolana.
“No tiene nada que ver con que estemos al final de la administración”, afirmó el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, en rueda de prensa refiriéndose a que el 20 de enero tomará posesión el republicano Donald Trump.
“Tiene que ver con que estábamos dejando pasar un tiempo para ver si la presión internacional que otros países y Estados Unidos estaban ejerciendo sobre Maduro conducía a un cambio de posición de su parte”, añadió. “No ha sido así, vamos a llamar a los hechos como los vemos”.
Maduro “dijo que ganó las elecciones. Obviamente, no vimos ninguna prueba que lo respaldara” sino “lo contrario”, declaró Miller a los periodistas.
El canciller venezolano, Yván Gil, tachó de “ridículo” que Washington llame “presidente electo” al rival de Maduro en las urnas.