Washington, -El comité legislativo que investiga el asalto del 6 de enero de 2021 al Capitolio estadounidense recomendó al Departamento de Justicia que se impute al expresidente Donald Trump (2017-2021).
La comisión considera que Trump obstruyó un procedimiento oficial e incitó o apoyó una insurrección, además de conspirar para defraudar al Gobierno federal y para hacer declaraciones falsas a la Administración.
«Todo el propósito y objetivo obvio del plan de Trump era obstruir, influir e impedir la transferencia legal del poder en Estados Unidos», sostuvo el congresista demócrata Jamie Raskin, integrante de ese comité.
Pero el mandatario republicano, según dijo, no actuó en solitario. «Tuvo un acuerdo formal e informal con varias personas que le ayudaron con sus objetivos delictivos», sostuvo el legislador confiando en que la investigación del Departamento de Justicia ofrezca un panorama más detallado.
En sus recomendaciones al Departamento de Justicia también se citó de forma explícita al abogado de Trump John Eastman con los cargos de obstruir un procedimiento oficial y de conspirar para defraudar al Gobierno federal.
«Entendemos la gravedad de todas y cada una de las sugerencias que estamos haciendo hoy, así como entendemos la magnitud del delito contra la democracia que describimos en nuestro informe, pero hemos ido adonde nos llevan los hechos y la ley, e inevitablemente nos llevan ahí», apuntó Raskin.
El 6 de enero de 2021, unas 10.000 personas, la mayoría seguidores del entonces presidente republicano, se manifestaron frente al Capitolio y cerca de 800 irrumpieron en el edificio mientras se ratificaba la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre. Hubo 5 muertos y unos 140 agentes heridos.
«No hay duda de que Trump pensaba que las acciones de los asaltantes estaban justificadas», dijo la congresista demócrata Elaine Luria, para quien el entonces mandatario «echó gasolina al fuego» y pasó horas viéndolo por televisión sin hacer nada para apagar ese incendio.
Que Trump pasará la tarde viendo ese ataque por televisión, según la legisladora republicana Liz Cheney, fue uno de los descubrimientos más «vergonzosos» de la investigación. Ese día «fue la primera vez que un presidente estadounidense rechazó su deber constitucional de transferir el poder de forma pacífica al siguiente», dijo hoy.