El expresidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), Wilson Roa, arremetió contra la intermediación en el sistema de salud, afirmando que ha sido una "desgracia" para establecer un modelo garantista, ya que considera que la salud no debería estar en manos privadas.
En una entrevista concedida al programa "El Rumbo de la Tarde", que se transmite por Rumba 98.5 FM, del grupo RCC Media, Roa sostiene firmemente que el Estado debe asumir su responsabilidad como garante de la salud y que la intermediación a través de las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) está llevando a la quiebra a muchas clínicas.
El doctor Roa expresó su desacuerdo con los paros médicos como solución al problema, y destacó el artículo 6 de la Ley 87-01 de la Seguridad Social, que establece que el Estado debe garantizar la salud pública. También hizo referencia al artículo 68 de la Constitución, que enfatiza la importancia de no delegar funciones que afecten la salud de los ciudadanos.
El expresidente del Colegio Médico Dominicano advirtió que las ARS, a pesar de cualquier denominación que se les dé, son esencialmente negocios con el objetivo de obtener ganancias. Según Roa, esto ha llevado a que numerosas clínicas estén en declive y que algunas incluso hayan cerrado, como la Juan Carlos, Pediatría y Especialidades, San Rafael, Betances, Avanzada de Herrera, El Dominicano, y el área quirúrgica de la San Martín.
Roa señaló que la situación se agravada por el hecho de que los médicos y las clínicas brindan servicios al Régimen Contributivo, mientras que los pacientes pagan directamente a las intermediarias, quienes demoran hasta 90 días para pagar a los proveedores médicos y clínicas.
El expresidente del Colegio Médico Dominicano manifestó su preocupación por el manejo de alrededor de 85,800 millones de pesos por parte de las ARS, lo cual podría afectar los derechos de los afiliados, especialmente aquellos con costos elevados y accidentes.
Roa hizo un llamado al gobierno para asumir su rol en una mesa de diálogo y abordar la situación para evitar una agudización de la crisis de salud en el país.