La Generación Z ha crecido en un mundo digital, por lo que las compras por internet, específicamente en plataformas como Amazon, les resulta normal y cómoda, sin embargo enfrentan dificultades cuando se dirigen a tiendas físicas, en particular en comercios como las carnicerías, mini mercados, o locales de venta rápida en los barrios.
El testimonio de una joven en TikTok, quien confesaba no saber cómo pedir carne en una carnicería, resonó con muchos otros jóvenes que se unieron a la conversación. Las respuestas variaron desde la risa hasta la vergüenza, con ejemplos de situaciones incómodas como salir con un salmón entero o pedir cantidades al azar por imitación. Este fenómeno refleja una desconexión generacional en términos de hábitos de consumo, donde los jóvenes se sienten más cómodos en la privacidad de las compras online que en la interacción directa con vendedores.
La evolución de los hábitos de compra no solo afecta a la Generación Z. Sus padres, que crecieron con supermercados donde las compras eran fáciles y automatizadas, han influido en esta desconexión con el comercio tradicional. La comodidad de los supermercados, donde los productos ya están empaquetados y listos para llevar, ha hecho que muchos jóvenes no hayan tenido modelos a seguir en cuanto a cómo comprar en tiendas más pequeñas y especializadas.
A esto se suma el auge del comercio electrónico, que ofrece la posibilidad de comparar precios y leer reseñas con un solo clic. Esta facilidad ha llevado a la Generación Z a preferir las compras online, donde no enfrentan la presión de la interacción en vivo y tienen todo el control del proceso de compra. Sin embargo, esta preferencia digital no implica necesariamente que los jóvenes estén completamente desconectados de las tiendas locales, sino que los comercios deben adaptarse a sus nuevas expectativas.
A pesar de los retos, hay un camino claro para que los comercios tradicionales se adapten y reconecten con la Generación Z. Esta generación valora el medio ambiente y es más propensa a apoyar productos locales, lo que ofrece una oportunidad para los negocios pequeños. Sin embargo, para atraer a estos consumidores jóvenes, las tiendas deben evolucionar.
Algunas posibles soluciones incluyen:
A pesar de las dificultades actuales, las tiendas de barrio tienen la oportunidad de evolucionar y seguir siendo relevantes para las nuevas generaciones. Adoptar cambios tecnológicos y adaptarse a los nuevos hábitos de consumo no solo garantizará su supervivencia, sino que también les permitirá conectar con una generación que, aunque prefiere lo digital, aún valora la autenticidad y el apoyo a lo local.