Puerto Príncipe.— Pandilleros armados han robado, violado y asesinado a inocentes. La policía y los funcionarios débiles o corruptos han hecho poco o nada para impedirlo.
Ahora la gente está tomando medidas y una ola brutal de justicia por mano propia sacude a Haití, concentrada en esta capital de aproximadamente un millón de habitantes. Los pobladores con armas cierran los barrios. Apedrean y a menudo cortan las extremidades a presuntos pandilleros, los decapitan y les prenden fuego, a veces cuando todavía están vivos.
Las autodefensas han matado a cuando menos 164 personas desde que comenzó el movimiento denominado “bwa kale” en abril, según las Naciones Unidas. El nombre significa “madera pelada” en criollo haitiano e insinúa dominio y poder masculino en la jerga callejera.
“Si no eres de aquí, te vamos a matar”, dijo Leo, un líder comunitario que concedió a The Associated Press acceso al barrio de Turgeau para que los periodistas pudieran ver cómo responde el vecindario a las pandillas que se calcula controlan el 80 % de Puerto Príncipe. No proporcionó su apellido para proteger a su familia.
Pancartas que dicen: “Estamos cansados del secuestro” y “Cuídense unos a otros” están colgadas por toda la ciudad, y muchos vecindarios han levantado barricadas como las que cierran Turgeau.
En una tarde reciente, Leo y sus vecinos vigilaban una de las cuatro barreras improvisadas que bloqueaban las calles que conducen a su comunidad en las colinas, habitada por médicos, enfermeras, pastores, abogados, vendedores ambulantes e ingenieros.
Las personas que querían entrar tenían que mostrar su identificación, abrir sus bolsos, levantarse la camisa para revelar si tenían algún tatuaje de pandillas, y, si no vivían allí, explicar a dónde iban. Por la noche, quienes querían ingresar a Turgeau también debían proporcionar una contraseña, que la comunidad cambia cada semana.
La policía haitiana no mantiene estadísticas confiables sobre la delincuencia. Pero los asesinatos y secuestros relacionados con las pandillas han disminuido debido al bwa kale, dicen activistas de derechos humanos, a quienes también preocupa la violencia espantosa y que personas inocentes puedan ser asesinadas.
Weslander Al Cégaire, un cocinero de rostro redondo y sonrisa a flor de piel en la ciudad sureña de Les Cayes, le dijo a la AP que su primo fue asesinado recientemente por participantes de bwa kale cuando viajaba con un motociclista, que era su objetivo.
“Es un buen movimiento, pero a la vez, los inocentes pagan por los culpables”, dijo Cégaire, quien agregó que se fue de Puerto Príncipe porque temía a la violencia de las pandillas y al movimiento bwa kale.
Turgeau está bajo el asedio de una pandilla conocida como “5 Segundos”, porque ese es, supuestamente, el tiempo que le toma matar a alguien. El movimiento bwa kale ganó impulso en Turgeau después de que los residentes dijeron que la pandilla lanzó un ataque antes del amanecer a finales de abril y mató a casi una docena de personas.
“Quemaron motocicletas, casas, gente, violaron y saquearon”, dijo Kenson Dimanche, un voluntario que controla una de las barricadas.
Kettia, una residente que solo proporcionó su nombre de pila para protegerse ella y a su familia, dijo que los pandilleros secuestraron a su esposo, lo obligaron a sacarlos del vecindario y lo usaron como escudo mientras intercambiaban disparos con la policía. Él sobrevivió.