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Un día como hoy, la pregunta que más resuena entre los niños es: ¿Qué te dejaron los Reyes? Una interrogante que siempre llega acompañada de sonrisas y juguetes en manos de quienes celebran con entusiasmo la alegría de recibir sus esperados obsequios.
Cuenta la tradición que la madrugada del 5 de enero, los niños reciben regalos, de sus padres, familiares y padrinos en nombre de los Reyes Magos. En varias provincias del país, se celebran desfiles culturales en honor a esta tradición.
Según la costumbre, los niños deben "portarse bien" para recibir los regalos que piden a los Reyes Magos; aquellos que "se portan mal", recibirían carbón dulce en lugar de obsequios.
También es parte de la tradición en algunas zonas rurales del país que los niños, además de sus cartas de deseos, dejen dulces, agua y yerbas, para los camellos, como muestra de cortesía por los regalos que los Reyes Magos traen para ellos.
Son muchas las personalidades que aprovechan este día para desprenderse de "su granito de arena" para llevar felicidad a los que menos tienen.
Políticos y figuras del arte y espectáculo, se suman a esos anónimos que también realizan grandes actividades para llevar felicidad a los más pequeños.
No se quedan atrás las iglesias de diferentes denominaciones, al igual que organizaciones como juntas de vecinos que también realizan grandes actividades obsequiando juguetes.
La fiesta de los Reyes Magos, es una de las celebraciones cristianas más antiguas de la historia, se remonta al siglo III en Oriente y fue adoptada por Occidente en el siglo IV.
Este día la iglesia católica celebra la manifestación de Jesús, y el Evangelio se centra en los Magos, que tras un largo viaje llegan a Jerusalén para adorar al Rey de los judíos, guiados por la estrella.
Aunque la figura central es el Niño Jesús, la tradición resalta el reconocimiento de su reinado divino por parte de los Magos, quienes ofrecieron oro, incienso y mirra.
La Iglesia invita a centrar la reflexión en la luz de este día, recordando que, si bien los regalos son parte de la celebración, lo más esencial no debe quedar relegado a un segundo plano. La adoración de los Reyes Magos es el verdadero mensaje de la Epifanía, revelando la divinidad y realeza de Jesús.