Cada 9 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Adopción con el objetivo de proporcionar un entorno familiar a todos los niños y niñas que lo necesiten.
Esta efeméride también busca generar conciencia sobre la necesidad de simplificar y humanizar los procedimientos de adopción, priorizando siempre el bienestar de los menores.
Además, en esta fecha se resalta la importancia de eliminar las barreras legales y los estigmas sociales, promoviendo políticas que faciliten y aceleren el proceso de adopción sin comprometer la seguridad y el bienestar de los niños.
La palabra adopción proviene del latín adoptio, y adoptar, de adoptare, que se compone de ad (a) y optare (desear). Según la Real Academia Española (RAE), la adopción es el acto jurídico que establece un vínculo de parentesco entre dos personas, adoptante y adoptado, creando una relación de paternidad y/o maternidad con los mismos efectos legales.
De acuerdo con datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), hay aproximadamente 153 millones de niños en espera de ser adoptados en el mundo. En la República Dominicana, durante 2023, se acogieron en hogares temporales a 165 niños y adolescentes dominicanos, 67 haitianos y cuatro de otras nacionalidades, según el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani).
En Estados Unidos, el Departamento de Salud y Servicios Humanos informa que más de 400,000 niños se encuentran en el sistema de acogida, de los cuales aproximadamente 117,000 esperan una familia permanente a través de la adopción.
Historia del sistema de adopción
Según el periódico La Opinión, ya en la antigua Mesopotamia existían leyes que regulaban este proceso, que se convirtió en un ritual en Grecia y Roma, y era considerado un privilegio durante la época de los fueros medievales.
El Código de Hammurabi, creado alrededor de 1750 a.C. por el rey de Babilonia del mismo nombre, establece normas sobre la adopción. En la antigua Grecia y Roma, este proceso estaba rodeado de rituales y ceremonias.
Fue en la edad moderna (desde finales del siglo XV hasta mediados del XVIII) cuando comenzó a surgir un gran estigma hacia los niños que eran rechazados o abandonados por sus padres.