La primera parte de la Semana Santa cristiana llega a su fin con la celebración del Miércoles Santo, ya que este día marca el final de la Cuaresma y el inicio de la Pascua, fecha crucial para el cristianismo en el que, según las la Biblia, se decide la sentencia de Jesús en la cruz.
El Miércoles Santo es uno de los días fundamentales de la Semana Santa, puesto que se marca como la fecha en la que Judas Iscariote, según San Mateo, se reúne el Sanedrín (tribunal religioso judío) para condenar a Jesús a la crucifixión a cambio de 30 monedas de plata.
A partir de este día, Jesús de Nazaret se convirtió en un preso de los romanos fustigado de forma continua hasta su posterior crucifixión.
La cantidad de treinta siclos de plata era también el precio del daño por un esclavo que hubiese sido muerto por un animal. Era el precio de un pequeño campo. Era el precio de un cordero pascual. Simbolizaba, sin quererlo, a Jesús que se entrega como un esclavo de amor, del cordero pascual que libera de la muerte a los primogénitos. Para Judas era solo el símbolo del poder que alcanzaría cuando venciesen sus nuevos amigos frente al. Poco sabía cuál iba a ser la paga de los traidores, pues lo que es lucidez para la traición es oscuridad para el propio conocimiento.