Michael Jordan, ícono del baloncesto y estrella de Space Jam, rechazó un contrato de 400 millones de dólares ofrecido por The Walt Disney Company. Según reportes, su decisión se basó en su percepción de que Disney respalda una agenda “woke”, término relacionado con la conciencia y acción frente a las injusticias sociales, lo cual no coincide con sus principios personales.
Esta postura ha generado reacciones divididas en la industria del entretenimiento y entre sus seguidores, quienes destacan su integridad y firmeza en defender sus valores.
Por su parte, Disney reafirmó su compromiso de producir contenido que entretenga y promueva un impacto positivo, negando cualquier intención de impulsar agendas políticas. Este hecho refleja la creciente polarización en torno a la inclusión y diversidad en la industria, mientras Jordán continúa siendo un referente tanto por sus logros deportivos como por su postura ética.