Infobae, Venezuela.- La revolución socialista en Venezuela prometió generar equidad y acabar con la desigualdad, para que la población en su conjunto pueda tener un nivel de vida similar, digno. Sin embargo, cada día es más notoria la desigualdad en la sociedad venezolana. En Caracas abren tiendas de marcas de lujo, restaurantes, concesionarios de autos Ferrari mientras que gran parte de la población vive en la pobreza.
Desde hace más de una década la economía en Venezuela a traviesa una profunda crisis que sumió en la miseria a una parte importante de la población y obligó a emigrar del país millones de personas. No obstante, ante un dolarización de la economía de hecho pero no oficial, hay señales de que las cosas poco a poco parecen acomodarse.
Por ejemplo, el país caribeño ya no enfrenta la escasez de productos como ocurrió años atrás y la pobreza ha comenzado disminuir, pero sigue quedando una porción grande de la población que no pueda acceder a esa nueva vida de más confort.
Gracias a que Estados Unidos redujo las sanciones contra el país, la dictadura de Nicolás Maduro ha encontrado un poco de aire de la mano de una economía que salió de su estado terminal, con una hiperinflación que se ha moderado, a pesar de que los precios continúan triplicándose y la situación sigue siendo de las peores del mundo.
Según una encuesta nacional realizada por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, Venezuela se convirtió en una de las sociedades más desiguales del mundo; es cada vez más un país de ricos y pobres.