La defensa de Ana Josefa García Cuello ha solicitado formalmente que se realice un análisis médico forense para evaluar el estado mental de García Cuello, quien, según documentos presentados, tiene un historial médico por salud mental.
La defensa ha argumentado que este análisis es crucial para determinar si García Cuello era plenamente consciente de sus actos al momento de cometer el crimen.
De acuerdo con los registros médicos presentados por la defensa, la acusada ha sido tratada por esquizofrenia desde 2013 bajo la supervisión de un siquiatra, citado en la solicitud de la defensa, y ha estado tomando medicación para manejar su condición mental.
La solicitud de la defensa ha puesto de relieve la importancia de entender el estado mental de García Cuello en el contexto del crimen.
Según los documentos del Ministerio Público, el niño de cinco años presenció a su madre Ana Josefa García Cuello deshacerse del cuchillo presuntamente utilizado en el crimen, de acuerdo con la solicitud de medida de coerción.
El niño fue entrevistado por un equipo de psicólogos forenses, quienes documentaron que el menor observó cómo su madre tomó el cuchillo ensangrentado y lo lanzó al patio baldío detrás de su residencia. Esta revelación añade una capa adicional de horror al caso, evidenciando la frialdad con la que se actuó en las horas posteriores al crimen.
Los fiscales han presentado este testimonio como una pieza crucial de su oferta probatoria, junto con otros elementos como el informe psicológico forense y el acta de levantamiento de cadáver. Ana Josefa García Cuello, quien enfrenta cargos por homicidio con premeditación.