En 2023 se han notificado 88.870 casos confirmados de COVID. También se han reportado 419 muertes hasta el 23 de septiembre pasado, según el último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud.
Se detectó que más del 90% de las personas que murieron este año no estaban vacunadas o no se habían aplicado la dosis de refuerzo recientemente.
Es decir, la mayoría de los fallecidos se habían aplicado una dosis hace más de 6 meses o directamente nunca se había inmunizado. Los epidemiólogos de la cartera de Salud aclararon que desde julio y hasta la mitad de septiembre el mayor número de muertes se produjo en personas que tenían la última dosis de vacuna registrada más de un año antes del inicio de la infección.
“Sabemos que en la actualidad, con la circulación de los diferentes linajes de Ómicron, las vacunas previenen hospitalización y muerte. Entonces, aunque no podamos afirmar que las muertes reportadas en la Argentina hubiesen sido prevenibles, sí podemos decir que fueron muertes potencialmente prevenibles”, afirmó Gustavo Lopardo, expresidente de la Sociedad Argentina de Infectología, y presidente de la Asociación Panamericana de Infectología (API).
También se informó el 77,29% de los fallecidos por COVID este año corresponden al grupo de edad de 65 años y más. El 76,13% de quienes fallecieron tenía una o más comorbilidades o factores de riesgo para enfermedad grave.
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Aunque ya no está declarada la emergencia de salud pública de importancia mundial, el coronavirus aún es una “amenaza para la vida de las personas” -según la OMS-, especialmente para las que tienen más de 50 años, las personas gestantes, y para aquellos con patologías previas.