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A principios de los años 2000, Megan Fox tuvo una relación muy comentada con el actor Brian Austin Green.
Lo primero que llamó la atención fue la diferencia de edades entre ambos, pues cuando comenzaron a salir, Fox tenía 17 años y Brian tenía 30.
A pesar de todo, la relación prosperó durante varios años, a tal grado que llegaron a casarse en 2010 y tuvieron tres hijos: Noah Shannon, Bohdi Ransom y Journey River.
No sólo eran un matrimonio y familia feliz, sino que Megan tenía tantos deseos de plasmar su amor por Brian, que se tatuó su nombre en la pelvis, pensando que, como el tatuaje, su relación iba a durar para siempre.
Lamentablemente, el matrimonio terminó en 2020, cuando ambas partes firmaron los papeles de divorcio.
Durante un podcast, Green se limitó a decir que simplemente habían decidido tomar caminos separados.
Siento que la gente está en caminos en la vida a veces y tú estás en el mismo camino, y caminan juntos por ese camino y las cosas están funcionando.
Entonces los caminos simplemente se separan a veces”.
No obstante, Fox aseguraría más adelante que las diversas declaraciones de Green, donde la hacía ver como una madre ausente, fueron clave para que la relación terminara y que después de separados, las tensiones continuaran.
“Llegó a su punto de quiebre y ha tenido suficiente de los juegos de Brian.
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Está increíblemente frustrada de que esté tratando de hacerla parecer una mala madre y decidió señalarlo.
Ella odia especialmente que esté usando a los niños para tratar de vengarse de ella”, dijo una fuente cercana a la actriz en su momento.
