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A partir de hoy, Nueva York comenzó a cobrar un peaje a los vehículos que crucen la calle 60 para ingresar al centro y bajo Manhattan, con el objetivo de reducir la congestión vehicular y mejorar la calidad del aire en la ciudad.
Esta medida, conocida como "peaje por congestión", había sido objeto de numerosas quejas y pleitos judiciales antes de su implementación.
Los costos del peaje varían según el horario y el uso de la tarjeta E-Z Pass. Durante las horas pico, los conductores con E-Z Pass pagarán $9, mientras que aquellos sin la tarjeta abonarán $13.50.
Por la noche, las tarifas bajan a $2.25 con E-Z Pass y $3.30 sin ella. Cámaras de video instaladas en los puentes y túneles de entrada a Manhattan registran los vehículos y envían las facturas electrónicamente a los propietarios.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, ha indicado que el peaje -que se aplica desde la calle 60 hasta el extremo sur de la isla- mejorará la calidad del aire en Manhattan, aliviará sus avenidas atascadas durante varias horas al día y se utilizará para financiar a la empresa metropolitana de transportes (MTA), que gestiona el metro y los autobuses.
Pero sus argumentos no han servido para convencer a muchos vecinos de la Gran Manzana y de otros estados colindantes, que dudan de que el impuesto vaya a ser efectivo y se quejan de que tendrán que tomar con mayor frecuencia el metro.