La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo hoy que está determinada a permanecer en Afganistán y pidió que se respeten las instalaciones y al personal sanitario, que son más esenciales que nunca en estos tiempos de crisis.
Entre enero y julio, 26 instalaciones sanitarias fueron atacadas y 12 sanitarios asesinados en Afganistán.
Como resultado de los combates de las últimas semanas, los heridos que requieren atención médica urgente y ser sometidos a cirugías han aumentado. Solo el pasado mes, los 70 centros de salud que la OMS apoya en Afganistán recibieron cerca de 14.000 heridos, frente a 4.000 registrados en julio del año pasado.
La organización señaló en un comunicado que ha iniciado una evaluación de las necesidades de la población desplazada en términos de servicios de salud y que ha movilizado dos equipos para ofrecer atención médica, pero indicó que en las últimas 36 horas ha tenido que paralizar esta misión debido a la inseguridad.
Según los primeros informes que se han analizado, los casos de malnutrición, hipertensión y diarrea se han multiplicado entre la población que ha huido de sus lugares de residencia, tanto en Kabul como en otras ciudades grandes del país.
También se ha visto un incremento de personas que presentan síntomas compatibles con la covid-19.
“La interrupción y las demoras en la atención sanitaria aumentan el riesgo de brotes de enfermedades e impide que las personas más vulnerables reciban la atención que en muchas ocasiones requieren para salvar la vida”, señaló la OMS.