Los pandilleros atacaron en tres ocasiones una subcomisaría en la localidad haitiana de Patchwall, demostrando la necesidad de una ofensiva conjunta entre la policía nacional y soldados kenyanos, desplegados hoy en el país antillano.
Las incursiones fueron protagonizadas por los hombres de la banda criminal Gran Grif de Savien, que en cinco jornadas trataron de apoderarse tres veces de esa estación encargada del orden interior en ese distrito.
Según el parte policial, entre los bandoleros varios resultaron heridos de muerte, gracias también a un grupo de resistencia popular denominado Chandel.
El reporte aparecido en el diario digital Haití Libre coincide con la llegada de un segundo grupo de efectivos kenyanos que ya suman 600, de mil, que deben arribar a la llamada Perla del Caribe para ayudar a pacificarla.
Hace año y medio Philomène Dayiti tuvo que huir de las pandillas y refugiarse en una iglesia de Puerto Príncipe, reconvertida en un campo para desplazados internos. Su angustia es la de cientos de miles de haitianos en un país sometido a la violencia de las bandas armadas.
«Me gustaría volver a casa, encontrar un lugar donde descansar. No puedo quedarme aquí para siempre», dice esta mujer a la AFP.
Dayiti, de 65 años, vivía en Bas-Delmas, un municipio peligroso del área metropolitana de la capital, donde sobrevivía vendiendo productos en la calle.
Cuando los enfrentamientos entre pandillas la obligaron a huir de su barrio, encontró refugio en la iglesia internacional primitiva, en Delmas 19, a las afueras de Puerto Príncipe.
El pequeño patio del lugar se ha convertido en un campamento improvisado donde se hacinan 800 personas, que guardan sus pertenencias colgadas en las paredes o en cuerdas de tender la ropa.
Como Dayiti, numerosos haitianos han abandonado sus hogares por temor a las bandas, activas desde hace años en el país y que han redoblado sus acciones desde febrero.
Te puede interesar: Carne de serpiente, una alternativa para una dieta rica en proteínas
Ese mes las pandillas lanzaron ataques coordinados contra puntos neurálgicos de Puerto Príncipe en un pulso contra el primer ministro Ariel Henry. El controvertido dirigente acabó dimitiendo y unas autoridades de transición asumieron el poder con una tarea monumental por delante.