El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, quien fue suspendido por el parlamento de su país desde el 14 de diciembre, rechazó una citación para declarar, el día de Navidad, siendo la segunda ocasión que esquiva una petición de los investigadores.
Los agentes que investigan a Yoon lo convocaron a comparecer el miércoles para un interrogatorio, sin embargo éste rechazó asistir, tampoco acudió a una audiencia a la que fue citado el miércoles de la semana anterior, sin explicar su ausencia.
El líder conservador fue destituido de su cargo por el Parlamento el 14 de diciembre, tras la breve imposición de una ley marcial que hundió al país en su peor crisis política en décadas.
La Corte Constitucional inició las deliberaciones para decidir si ratifica la destitución. El presidente permanece suspendido mientras el tribunal se pronuncia.
Yoon se expone también a cargos penales por insurrección, que podría acarrear una sentencia de cadena perpetua o incluso la pena de muerte.
La Oficina de Investigación de la Corrupción deberá decidir los próximos días si emite una tercera citación o pide a una corte emitir una orden de arresto para obligar a Yoon a comparecer al interrogatorio.