Para ser elegido y llegar al Salón de la Fama de Cooperstown un beisbolista profesional debe estar ya retirado y haber durado mínimo 10 años activo en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB siglas en inglés). Además, tener un récord en disciplina tanto fuera como dentro del terreno de juego y acumular específicamente un 75% en las votaciones que ejercen los cronistas acreditados.
Obtener una placa en el museo de Cooperstown significa que el jugador logró un desempeño en el grado de lo excelso, es decir, que acumuló unas estadísticas poco comunes en la MLB.
Actualmente, República Dominicana cuenta con cinco Salón de la Fama. El primero fue Juan Marichal, en 1983, quien ganó con unas votaciones de 83.7%. Ee siguen Pedro Martínez (91.1%), Vladimir Guerrero (92.9%), David Ortiz (77.9%) y recientemente Adrián Beltré (95.1%), de acuerdo con informes de ESPN.
Beltré, un extercera base que en sus mejores tiempos llenó de orgullo al país, al pasar al escenario de los inmortales con 366 votos y con el porcentaje más alto, reafirmó la admiración de los fanáticos tras su exaltación.
Es un veterano que acumuló números significativos en las mayores, ganó varios premios de manera consecutiva y totalizó más de 3,000 hits, 477 jonrones y 1,707 carreras impulsadas durante su historia en el béisbol profesional. Su primera firma fue por un bono de alrededor US$20,000, con la franquicia Dodgers de Los Ángeles.
Entre los países latinos que tienen expeloteros inmortalizados en Cooperstown se encuentra Cuba, con un total de seis; Puerto Rico con cinco; dos de Panamá y uno de Venezuela.