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La directora del Servicio Secreto estadounidense, Kimberly Cheatle, decidió renunciar a su posición luego de las fallas que surgieron en la seguridad del mitin en Butler (Pensilvania) en el que el expresidente Donald Trump (2017-2021) sufrió un intento de asesinato.
El Servicio Secreto, responsable de la protección de los presidentes actuales y anteriores de Estados Unidos, enfrenta una crisis después de que un hombre armado pudiera disparar contra Trump desde un techo sobre un mitin al aire libre el pasado 13 de julio.
Este lunes, Cheatle había sido cuestionada por republicanos y demócratas cuando compareció en Washington ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes negándose a responder algunas preguntas de legisladores sobre el plan de seguridad del mitin y cómo las fuerzas del orden respondieron al comportamiento sospechoso del autor del atentado, el joven Thomas Matthew Crooks. Durante la comparecencia, varios diputados de ambos partidos le pidieron que dimitiera.
En el ataque, Trump sufrió un rasguño en la oreja derecha y un manifestante murió en el tiroteo, mientras que Crooks, de 20 años, murió por los disparos de un francotirador del Servicio Secreto.
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Cheatle, quien dirigía el Servicio Secreto desde el 2022, asumió ante los representantes en el Capitolio la responsabilidad del atentando, calificándolo como el mayor fracaso del Servicio Secreto desde que dispararon al entonces presidente Ronald Reagan en 1981.