La República Dominicana se convirtió en el undécimo país en formalizar un acuerdo de cielos abiertos con Argentina, un convenio que elimina restricciones en la frecuencia de vuelos entre ambas naciones y fomenta la libre competencia en el mercado aerocomercial.
El pacto fue firmado el pasado 13 de diciembre por Franco Mogetta, Secretario de Transporte de Argentina, y Héctor Porcella Dumas, presidente de la Junta de Aviación Civil dominicana. Según este acuerdo, las aerolíneas podrán ajustar el número de vuelos según la demanda del mercado y las estaciones del año, reemplazando la anterior limitación de 14 vuelos semanales.
Además de aumentar las frecuencias de vuelos comerciales, el acuerdo permite la operación de vuelos de carga bajo la séptima libertad del aire, eliminando la obligación de que estos comiencen o finalicen en el país de origen.
Antes de 2024, la única conexión directa entre ambos países era la ruta Ezeiza-Punta Cana operada por Aerolíneas Argentinas. Desde la implementación de cielos abiertos, se han sumado rutas como Córdoba-Punta Cana y Ezeiza-Punta Cana de la aerolínea Arajet. Para 2025, se espera la incorporación de vuelos desde Tucumán y Rosario hacia Punta Cana.
Argentina, un mercado clave para el turismo dominicano, fue el quinto país emisor de turistas hacia República Dominicana en 2023, con más de 200,000 visitantes, según datos del Ministerio de Turismo dominicano.
En este contexto, Héctor Porcella instó al Gobierno argentino a eliminar el visado de corta duración para los ciudadanos dominicanos, una medida que, según él, podría impulsar aún más el flujo turístico y fortalecer la conectividad aérea.
Una política de cielos abiertos en Argentina
El Gobierno de Javier Milei implementó su política de cielos abiertos en julio de 2024, desregulando el mercado aerocomercial. Este cambio permite un acceso más libre al mercado, fomenta la competencia, elimina la regulación de tarifas y otorga libertad en la fijación de frecuencias y rutas.
La medida, anunciada mediante un decreto presidencial, simplifica la autorización de rutas aéreas y frecuencias, las cuales ahora solo requieren la aprobación de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
Según el portavoz presidencial, Manuel Adorni, esta política busca modernizar y liberalizar el espacio aéreo argentino, dejando atrás regulaciones que habían restringido el crecimiento del sector durante décadas.