Un escándalo por acusaciones de abusos sexuales contra un cardenal fallecido hace mucho tiempo ha creado una “situación muy difícil” para la atribulada Iglesia católica en Alemania, indicó ayer lunes un importante obispo alemán, horas después que una estatua del difunto clérigo fuera retirada de su pedestal afuera de la catedral de Essen.
Las acusaciones contra el cardenal Franz Hengsbach, que murió en 1991, se suman a un largo escándalo sobre abusos del clero que ha remecido a la Iglesia alemana.
La diócesis de Essen señaló la semana pasadas que había sospechas de que Hengsbach abusó de una adolescente de 16 años en la década de 1950, cuando era obispo auxiliar en la localidad cercana de Paderborn, y que una mujer también le había acusado de abusar de ella en 1967, cuando él fungía como obispo de Essen, un cargo que ostentó durante 33 años.
El obispo actual, Franz-Josef Overbeck, se disculpó el viernes en una carta a las parroquias por sus errores en el manejo de las acusaciones.
Dijo que había sabido de una acusación en 2011 y no hizo nada, después que el Vaticano determinara que no era plausible.
“Ahora debo admitir que las acusaciones fueron mal juzgadas en 2011 y que las afectadas fueron agraviadas”, escribió. Una nueva acusación de la que Overbeck fue informado en marzo llevó a las autoridades eclesiásticas a revisar el caso.
La diócesis decidió el viernes retirar una estatua mayor al tamaño real de Hengsbach, que fue develada en 2011. Una grúa la levantó el lunes por la mañana y la cargó en un camión. La obra se quedará en un almacén.
NUEVAS DENUNCIAS
La semana pasada, la diócesis de Essen instó a los fieles a presentar acusaciones de abuso en caso de tenerlas. Ayer lunes, la diócesis indicó que recibió denuncias nuevas que serán revisadas,publicó dpa. Hengsbach fue obispo de Essen desde la fundación de la diócesis en 1958 hasta 1991. Fue nombrado cardenal en 1988.
Un informe encargado por la Iglesia concluyó en 2018 que al menos 3.677 personas sufrieron abusos de clérigos en Alemania entre 1946 y 2014. Más de la mitad de las víctimas tenían 13 años o menos, y casi un tercio había prestado servicio como monaguillos.
Las acusaciones hacia Hengsbach salieron a la luz poco antes de una reunión ordinaria de otoño de la Conferencia Episcopal Alemana, que comenzó el lunes. Es el clérigo alemán de mayor rango contra el que han surgido acusaciones de este tipo.
“Esta es una situación realmente muy difícil, no sólo para el obispo de Essen y toda la diócesis de Essen, sino para nosotros en su totalidad”, dijo a los periodistas en Wiesbaden el presidente de la conferencia, el obispo de Limburgo Georg Baetzing. “Pero yo digo que todo debe ponerse sobre la mesa —la verdad debe ponerse sobre la mesa. Esa es la única manera de hacer lo correcto para los afectados”.
Baetzing añadió que “la incertidumbre para los fieles de esta diócesis, si nos fijamos en el alto pedestal en que se encontraba este hombre como obispo fundador… no se puede comparar con nada”.
La jefa de una influyente organización laica, el Comité Central de los Católicos Alemanes, subrayó por qué el caso agrava los problemas de la Iglesia.
“Los actos sospechosos y la estrategia de encubrimiento que una vez más se ha documentado destruyen la confianza que queda”, afirmó Irme Stetter-Karp en un comunicado. “Una vez más surge la impresión de que se protegió a los perpetradores, y no a los afectados”.