Las vicisitudes y posterior rehabilitación de Robbie Williams en el plano artístico y, sobre todo, en su vida personal se convierte en el epicentro de la nueva filmación titulada ”Better Man”, la película que narra sobre todo su lucha kamikaze por tocar las estrellas a través de un personaje de éxito aunque por dentro librara una lucha contra sí mismo.
"Yo soy una persona amable y empática, básicamente lo contrario a ese personaje que creé para mí… Y soy bastante humilde, pero humilde hasta el punto de autolacerarme", constata a EFE el intérprete y compositor británico en su visita a Madrid ante el retrato terrible al que llega en algunos momentos del filme.
En esa película sobre su vida, dirigida por Michael Gracey (’The Greatest Showman'), a la que pone voz y que se estrenará a principios de 2025, Williams aparece literalmente retratado como un chimpancé en base a cómo se veía todo el tiempo: un comediante incapaz de tomarse en serio en ningún momento pero que a la vez soñaba de manera desesperada con ser alguien.
Ese chimpancé impulsivo solía conducir el coche, pero ahora va en el asiento trasero, porque es otra persona la que está conduciendo. Aún hoy tengo que protegerme contra el autosabotaje todo el tiempo, pero con mejores resultados que antes", cuenta el autor de 'Angels', que pone en primer plano el proceso absoluto de decadencia y dependencia del alcohol y las drogas en el que cayó con solo 21 años.
Como él mismo lo define, "’Better Man' encapsula perfectamente una crisis existencial" que nace en buena medida de querer impresionar a los demás, especialmente a su padre, "un increíble y carismático" artista de quien heredó su pasión por Frank Sinatra.
"Crecí alrededor del cabaret y del espectáculo y, subconscientemente, entendí lo que se necesitaba para ser artista. Pero eso también es complicado cuando eres tan joven y te vuelves famoso, porque te pierdes de muchas maneras diferentes", analiza sore qué le llevó a perderse en evasiones rápidas.