A entender con la politóloga Rosario Espinal la desconsideración que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) la hace a la senadora del Distrito Nacional, Faride Raful, al buscar otros candidatos para ocupar la competir contra Omar Fernández en los comicios 2024, es una acción imperdonable.

"Lo que el PRM ha estado haciendo con Faride Raful es imperdonable", declaró la politóloga al ser entrevistada este jueves en el programa El Sol de la Mañana del Grupo RCC Media, que se transmite de lunes a viernes de 5:00 a 11:00 de la mañana por Zol 106.5 FM.

A entender de Rosario Espinal el PRM se está jugando la plaza del Distrito Nacional con lo que le está haciendo a Faride Raful, ya que tiene todas las condiciones y es una figura emblemática en dicha organización.

Leer también: Martínez Pozo revela Guillermo Moreno será candidato a senador del PRM

Manifestó que Guillermo Moreno no es la persona adecuada para la llevar la candidatura del PRM al senado de Distrito, debido a que, representa una candidatura externa en una plaza tan importante para la organización.

"Llevar una persona extra partido que no tiene un historial de relación con el PRM a mi me parece un error garrafa", expresó la politóloga al entender que la organización gobernante está exponiendo la plaza de la capital por exponerse a cosas que no deben ser.

Indicó que Faride Raful compacta la militancia más histórica del PRM, debido a que tiene ideas políticas progresista las que defiende con interés.

Entiende que es la adecuada para competir con una figura joven como Omar Leonel Fernández por la candidatura a senador de la capital.

Le afecta el ser mujer

La politóloga entiende que el problema de Faride Raful en el PRM es que es mujer y por eso le caen encima.

"El problema de Faride en el PRM es que es mujer, es verdad", alegó Rosario Espinal al entender que si fuera un hombre la organización de hubiera reservado la plaza que hoy mantiene.

Agregó, que el PRM juega con Faride debido a que es una persona que defiende sus ideas con convicción lo que se ha convertido un pecado en la política dominicana.