Steven Tyler, de Aerosmith, retratado en un hotel de Tokio en febrero de 1977. / Photo by Koh Hasebe/Shinko Music/Getty Images
Como cantante me atrevo a decir que, después de tantos años estudiando y escuchando a otros vocalistas, hay un hecho impepinable que eclipsa cualquier virtuosismo, sea del instrumento que sea: el carisma. Puedes ser el/la mejor técnicamente, tener un chorro de voz o ser capaz de hacer auténtica pirotecnia vocal; puedes tener un gran talento compositivo (muy importante y también perfectible) pero hay cosas que no se aprenden.
En este caso, además del ‘duende’, personalmente añadiría otra bendición: la elegancia. Pero eso ya supone meterse en terreno farragoso porque el buen gusto -el gusto en general- es un asunto subjetivo, más si hablamos de disciplinas artísticas.
Por último, y en el caso que nos ocupa, hay un tercer factor: el físico. Cada cuerpo es diferente y, por tanto, cada voz es única, con más o menos capacidades dadas; algunas se pueden ejercitar o mejorar. Otras, no. Y eso también contribuye a que una voz sea especial e inimitable.
Este 26 de marzo Steven Tyler cumple 71 años. El cantante de Aerosmith se ha ganado el título de leyenda porque reúne lo necesario para serlo: gran performer con una imagen definidísima, excelente compositor y un don en la garganta: una voz muy reconocible, rasgada y de un rango vocal amplísimo.
Retrato del líder de Aerosmith en Boston, Massachusetts, en 1985. / Photo by Deborah Feingold/Getty Images
Con motivo del cumpleaños de este portento, hablamos con Sheila Blanco(cantante, vocal coach y periodista colaboradora en Cadena SER; recientemente viral por sus maravillosos Bioclassics) y Ro Llamazares (director de la escuela de canto Vocalstudio y autor del método “Lo que quieres es cantar”; líder de la mítica banda Super Skunk).
Que Steven Tyler ha manejado una buena técnica a lo largo de su carrera, como han hecho Sebastian Bach, Myles Kennedy o Bruce Dickinson, no es ningún misterio. Eso explicaría, en parte, que después de tantos excesos (de todo tipo) su voz no haya salido especialmente dañada salvo en 2006, cuando fue operado por una hemorragia de cuerdas (cirugía por la que han pasado muchos otros profesionales como Shakira o Adele, por ejemplo).
Pero hay algo más que ayudaría a conseguir ese sonido tan característico y un rango vocal que va bastante más allá del de la tesitura de tenor; nos lo explica Sheila Blanco: “su estructura facial, estrecha y afilada, facilita la colocación de los agudos delante y hacia arriba. Es pura física: el sonido se estira gracias al tamaño de su instrumento, las cuerdas vocales y la laringe”.
Y esa naricilla de Steven Tyler también ayudaría, desvela la vocal coach a los40.com: “contaba Michael Jackson que, cuando se operó la nariz, conseguía mejores agudos que con su nariz original, más ancha; de nuevo es una cuestión física que ayudaría a Tyler a tener ese falsete tan amplio”.
Ro Llamazares profundiza en la idea de considerar al músico como ser extraño que excedería los límites regulares de la naturaleza: “Steven Tyler es un monstruo. No como cuando decimos que alguien es un crack o un fiera… El tipo es, literalmente, un freak of nature vocal. Su tesitura abarca 4 octavas y sabe usar su registro de silbido, como una soprano lírica, hasta un E6. Esto también es bastante raro”.
“Además, la estructura de sus pliegues vocales le impide tener un sonido completamente limpio en su voz hablada y cantada. Esto es muy poco habitual, especialmente en cantantes profesionales. Pero eso le da una textura ronca característica. Algo parecido a Rod Stewart, otro pájaro que ha sabido hacer limonada con los limones de la vida”.
Steven Tyler, durante un concierto en el New Orleans Jazz & Heritage Festival en 2018. / Photo by Tim Mosenfelder/WireImage
Coincidiendo con Sheila Blanco, Ro Llamazares hace hincapié en la genética de Tyler. “Sus tejidos son especialmente resistentes a todo tipo de abusos, vocales o de otro tipo. De hecho, siempre se ha recuperado de todas las hemorragias de cuerdas que ha sufrido”.
La grandeza de Steven Tyler como artista, al igual que la de cualquiera, no se reduce a la técnica y los genes: el carisma, amigas, se tiene o no se tiene. “Todas esas cualidades son azarosas, producto de la genética. Aun siendo prodigiosas, no bastan para explicar por qué Steven Tyler es uno de los grandes. Sin su carisma y energía sobre el escenario, sin el compromiso vital con su arte y, por supuesto, sin su capacidad y olfato como compositor, Steven Tyler solo sería una gran voz. Y una leyenda del rock es mucho más que eso”, afirma Ro Llamazares.
Steven Marc Zeitels, médico americano que lleva años tratando patologías propias de la voz, operó a Steven Tyler, Sam Smith o Adele de la misma afección, hemorragia en las cuerdas vocales, empleando una técnica de láser para eliminar el sangrado.
Estas lesiones son comunes entre los profesionales del canto pero, en el caso de Steven Tyler, el médico decidió ir más allá y realizar una medición, en tiempo real, del organismo del cantante.
El experimento se recoge en un episodio de La Increíble Máquina Humana (serie documental de National Geographic), en el que Zeitels y su equipo colocan una cámara en la garganta de Tyler para analizar el funcionamiento de sus cuerdas vocales durante un concierto; estimaron que producía 780.000 vibraciones y concluyeron que, en términos de resistencia vocal, Steven Tyler es un súper atleta.