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Baños de hierbas amargas para eliminar energías negativas, dulces para atraer las buenas, correr con maletas a medianoche, comer uvas durante las campanadas o usar ropa interior de colores son algunas de las tradiciones que los ecuatorianos practican para recibir el Año Nuevo con esperanza.
Emma Lagla, heredera de una tradición familiar de cinco generaciones, realiza limpias de purificación con hierbas en el centro histórico de Quito, ayudando a quienes desean empezar 2025 con energías renovadas.
«La gente viene más por problemas de trabajo, de separación, de muchas envidias y por estrés», comentó a EFE al asegurar que acuden en mayor cantidad al finalizar el año porque han acumulado malas energías y quieren «desbloquearse para comenzar un nuevo año».
Entre los anhelos de la gente, enumera prosperidad, suerte, amor, paz y trabajo, especialmente después de la pandemia de la covid-19 y de los apagones de los últimos meses en Ecuador que, en los momentos más críticos, obligaron a cortes de electricidad de hasta 14 horas diarias por la sequía, y que ahora han terminado.