Nueva York.- La utilización de “armas fantasma” en EE.UU., pistolas ensambladas de forma casera y que carecen de numero de serie que las identifique, ha aumentado un 400 % desde 2016, según cifras dadas a conocer hoy, que han llevado al Gobierno estadounidense a lanzar una iniciativa nacional para prevenir su uso.
“Las armas de fabricación privada, también conocidas como ‘armas fantasma’, han contribuido al rápido crecimiento de crímenes violentos”, apuntó un alto funcionario de la administración de Joe Biden, quien este jueves visita Nueva York por el aumento de la violencia armada en la ciudad en los últimos dos años.
Desde el 1 de enero de 2016 hasta el 31 de diciembre 2020, se han requisado un total de 23.906 “armas fantasma”, de las cuales 325 habían sido utilizadas en homicidios o en intentos de homicidio, concretó la fuente, que habló bajo condición de anonimato.
Las cifras presentadas reflejan que en todo 2016, las fuerzas de seguridad informaron a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, sus siglas en inglés) de la incautación de 1.750 armas de este tipo, una cifra que para el 2020 había ascendido a 8.712.
“La tendencia es preocupante”, admitió la fuente. Como consecuencia de este aumento, el gobierno de Biden ha presentado una serie de medidas con las que pretende hacer frente a este fenómeno, entre ellas la formación de un órgano nacional de fiscales que se centrarán específicamente en procesar crímenes en los que se han usado este tipo de pistolas y que estarán presentes en todos los distritos del país.
Pero ese no es el único plan que tiene el presidente de EE. UU. para tratar de reducir la violencia armada en el país, que se ha cobrado la vida de cerca de 21.000 personas en 2021, según el recuento de la web Gun Violence Archive.
Biden ha ideado un plan en el que quiere invertir 500 millones de dólares en refuerzo policial en las ciudades y en iniciativas como fomentar las actividades extraescolares para tener ocupada a la adolescencia, así como crear oportunidades económicas en los barrios más deprimidos.
En concreto, el plan, que aun debe ser aprobado por el congreso, dedicarían 300 millones de dólares a expandir el programa de contrataciones de la Policía, y 200 millones a programas dirigidos a las comunidades para tratar de reducir la violencia.
En su visita a Nueva York, a la que también acudirá el fiscal general de EE. UU., Merick Garland, Biden tiene previsto entrevistarse con el alcalde de la ciudad, Eric Adams, y la gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul.
Todos ellos asistirán a la reunión de un grupo local que se cita regularmente para compartir información y tratar de sacar de las calles lo antes posible a individuos relacionados con la violencia armada, además de acudir a un colegio público y conversar con líderes de la comunidad que trabajan en ese centro para tratar de rebajar los niveles de violencia entre los más jóvenes.